Oporto, ¡tierra de vinos fortificados! Que ganas tenía de visitar esta ciudad portuguesa que se asoma a la Ribera del Duero. Desde su parte alta podemos ver Vila Nova de Gaia, situada en la orilla opuesta del río, núcleo en el que se concentra el sector vinícola, salpicado de bodegas que ofrecen visitas guiadas y catas.
Decidimos visitar Sandeman, porque es una gran oportunidad de comparar las bodegas de Oporto con las de Jerez, ya que esta firma bodeguera también produce vinos en nuestro Marco.
Mientras espero que comience la visita, disfruto del Museo Sandeman y su exposición de carteles publicitarios sobre la marca. En ella, veo como «El Don» es, desde finales del XIX, el indiscutible emblema de la casa bodeguera. El edificio que alberga la bodega fue proyectado por el arquitecto Joaquim da Costa Lima Sampaio en 1797, pasando a ser propiedad de la firma en 1811.
Se acerca al grupo una chica vestida con sombrero jerezano y capa portuguesa para presentarse como la guía de nuestra visita. En el tour clásico recorremos parte de las instalaciones de la bodega, y aprendemos lo básico del proceso de viticultura de la región del Alto Duero y la elaboración de sus vinos con la proyección de un vídeo explicativo. Además, degustamos dos Oportos en la sala de catas.
Los Vinos de Oporto
Para los que no conozcáis la historia de los vinos de Oporto, me gustaría hablar un poco sobre ella y resaltar como, al igual que ocurre con el Jerez, su afamada popularidad se debe al comercio con el mercado británico.
Desde siempre, Oporto ha sido una región dedicada a la elaboración de vinos tintos y blancos. A raíz de la guerra entre Inglaterra y Francia en 1678, la exportación de sus vinos al reino británico se intensifica para hacer frente a la demanda de esta bebida. La floreciente economía del momento, hace que comerciantes británicos se instalen en la ciudad para fundar casas bodegueras destinadas a la exportación de sus vinos, cada vez más populares fuera de las fronteras portuguesas.
Las Bodegas Sandeman
En 1790, los hermanos George y David Sandeman de Perth fundan la bodega en Londres con un capital de 300 £. En 1798, David decide fundar el Banco Comercial de Escocia, dejando a su hermano al frente de la compañía que, continua siendo familiar, hasta que es adquirida un año siguiente por la firma de bebidas Seagram. En 2001, pasa a manos de Sogrape por Diageo y Pernod Ricard.
En la actualidad un descendiente de la familia, George Thomas David Sandeman, es miembro de la junta directiva.
Con el paso de los años Sandeman ha conseguido convertirse en toda una marca de referencia de Vinos de Oporto a nivel internacional.
El emblema de la casa es la icónica silueta de «El Don», misterioso personaje ataviado con una capa de estudiante portugués y sombrero de ala ancha jerezano, que sostiene un catavino con su mano. Fue realizado en 1928 por el dibujante escocés George Massiot Brown, quien firmó el trabajo con el nombre G. Massiot, más afín al mundo de la cartelería francesa tan de moda en esos momentos.
Tras siete años de su creación, en 1935 aparece por primera vez en la etiqueta de la botella del Porto Tawny Dry Don. Su gran aceptación hace que pase a ser el logotipo de la casa bodeguera hasta nuestros días, representado en multitud de carteles repartidos por toda la ciudad.
La cata de Oportos
En líneas generales, los Oportos se caracterizan por su gran intensidad aromática, su dulzura con notas fortificadas de alcohol y la tanicidad en algunas de sus categorías. En mi visita catamos dos variedades de Oporto; Ruby y Tawny.
Oporto Ruby Sandeman
El estilo Oporto Ruby se produce a partir de variedades de uvas tintas, entre las que podemos destacar la Tinta Roriz, Tinta Borroca, Touriga o Tinta Cāo, entre otras. Tras su fermentación, se almacena en tanques de acero inoxidable, preservándolo del envejecimiento oxidativo.
Según su calidad se clasifica en tres grupos; Ruby, Reserva y Vintage. Este último, es considerado la joya de la corona de los vinos de Oporto. Los Oportos Vintage son vinos de guarda, tras ser embotellados se almacenan en un lugar preferente dentro de la bodega, clasificados por añadas, donde maduran de forma reductiva.
El Oporto Ruby, como su nombre indica, tiene un color rubí brillante. Su aroma de gran intensidad recuerda a frutos rojos, como las cerezas. Al paladar es afrutado y dulce, con taninos suaves. Ideal para combinar con postres como el pastel de cereza o trufas de chocolate.
Oporto Tawny Sandeman
Los Oporto Tawny envejecen en barricas de roble, donde se exponen a la oxidación gradual de sus componentes, que entran en contacto con el oxígeno gracias a la permeabilidad de la madera.
Esta maduración oxidativa, no solo cambia su color, sino que además, le aporta sabores característicos al vino, propios de esta gama. Dentro de ella encontramos Oporto Tawny sin indicativo de edad, de al menos 2 años de vejez; con indicativo de edad, de 10, 20, 30 y más de 40 años; y clasificación Colheita, procedentes de añadas estáticas.
El Oporto Tawny tiene un color caoba profundo con ligeros reflejos cobrizos. Su aroma recuerda al de los frutos rojos del bosque, como fresas o frambuesas. En boca es dulce y untuoso, con recuerdos a madera envinada, ideal para maridar con quesos de pasta blanda curados, como los franceses Camembert y Brie, o el inglés Stilton.
Además de estos dos tipos, existe una amplia gama de Oportos, que podemos clasificar por su tonalidad como por ejemplo White o Rosados, así como por el contenido de azúcar; muy dulce, dulce, semi seco o extra seco.
Merece la pena echar un vistazo en la tienda de la bodega, a la salida de la visita, donde poder comprar los que has degustado en la cata, adquirir alguno que quieras llevarte a casa o hacer un regalo.
Y si te quedas con las ganas de probar alguna de estas variedades de Oporto, te recomiendo hacer una parada en los establecimientos anexos al mercado situado en la Ribera del Duero. En ellos puedes degustar a muy buen precio, una cata de cinco Oportos de diferentes casas bodegueras, con unas vistas inmejorables de la ciudad.
¡Salud Caminantes!