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Un Cartel único y el tiempo dará la razón

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Alegoría de Jerez representándose sus grandes barrios y elementos más característicos

Jerez es una ciudad con un arraigado carácter e idiosincrasia particular que para unos es ‘Rancio’ y para otros es ‘Puro’. Pero sin duda alguna, y en esto seguro que estamos de acuerdo, Jerez a día de hoy es de las pocas ciudades que puede presumir rezumar pureza por los cuatro ‘costaos’. Su cultura puede observarse en su mayor esplendor en una barra de un bar o tabanco jerezano, donde el cante se expresa en una sola conversación por el movimiento de las manos o las expresiones, junto al ‘arte del copeo’. Donde los jerezanos y jerezanas hacen bailar los catavinos en sus manos, con un duende disciplinado y la categoría justa como se merece el mejor vino del mundo.

El vino, el caballo, el flamenco e incluso el motor, son garantes de la cultura universal jerezana. Pero, hasta ahora, el patrimonio no formaba parte de esa exportación cultural jerezana. El jerezano ha sido muy celoso con su patrimonio religioso y civil. Una ciudad que posee monumentos de artistas que solo se perciben en grandes capitales como M. Benlliure, L. Coullaut, Antonio Navarro Santa Fe, Francisco Ceballos o más próximos a nuestros días Víctor Ochoa. Monumentos que dan personalidad y grandeza a nuestras calles y plazas. En cuanto al patrimonio religioso, nos encontramos ante un nuevo revisionismo histórico propiciado por uno de los historiadores del arte contemporáneo que más ha aportado a la cultura jerezana, poniendo en vigor rutas de las casas de los bodegueros jerezanos o su gran aportación al barroco de Jerez. Hablo sin ninguna duda de José Manuel Moreno Arana, uno de esos historiadores que ha dado a Jerez una solidez y respeto por su historia. Identificándonos con su gran trabajo tras sacar del anonimato al escultor Ignacio López, Francisco Camacho de Mendoza y un gran etc…

Escudo de la ciudad
Escudo de la ciudad

En la pintura, también hay un referente en nuestros días, y este referente tiene nombre de mujer. Inmaculada Peña. El año pasado se reivindicó en Jerez el barroco en nuestra Semana Santa con una auténtica obra de arte como cartel, de gran tamaño y de estilo al óleo. Lejos de muchos pintores actuales que utilizan la IA o el formato digital para luego ser tapado por óleo. Inmaculada Peña demostró que el arte noble de la pintura en Jerez es un hecho y debe de ser respetado, uniéndose al elenco de grandes pintores y cartelistas jerezanos contemporáneos que no tienen trampa ni cartón como son Antonio Lara, Miguel Ángel Segura, Fermín Villaescusa o José Manuel Reyes, entre otros.

Y es en ese cartel de la Semana Santa del año pasado, que con los años tendrá mucho más valor y seguro será digno de estudio. Un lienzo, que conserva la Unión de Hermandades de Jerez donde invita a la oración, a la espiritualidad con un Cristo de Salud arropado magistralmente por un arco triunfal de barroco andaluz, inspirado en el propio escudo de Andalucía utilizando diferentes retablos que existen en el sur de España y que contienen similitudes con los retablos jerezanos y envuelto con una frase de Malaquías que hace referencia a los convulsos tiempos que corren en este 2024.

Detalle del torso del Cristo de la Salud
Detalle del torso del Cristo de la Salud

Y a los pies del Cristo de San Lucas, una alegoría de Jerez. Y en esta alegoría -válgame la redundancia- es donde nos vamos a centrar; ya que Inmaculada Peña refleja a una ciudad, que es difícil de interpretar al no tener un edificio o símbolo concreto que la caracterice, -por poner un ejemplo cercano y andaluz- Sevilla tiene la Giralda o la torre del oro, Granada su Alhambra, Córdoba su Mezquita, pero Jerez no tiene ese edificio emblemático o alegoría histórica. Inmaculada Peña, nos crea una representación simbólica con esa magnífica iconografía, donde se expresa la riqueza cultural de Jerez.

En esta pintura está por fin representado el Patrimonio, protagonizado en este caso por el Cristo de la Salud, una talla de una solemnidad y destreza que nos recuerda a cristos como el también llamado de la Salud, como es el titular de San Bernardo de Sevilla y, -que según los expertos-, la gubia posiblemente pueda atribuirse al gran maestro José de Arce, o a su círculo más cercano, al igual que la imagen del cristo jerezano. Dejaremos a los grandes estudiosos en la materia que nos lo corroboren.

Cristo de la Salud de Jerez por Inmaculada Peña
Cristo de la Salud de Jerez por Inmaculada Peña

A sus pies, el arcángel San Miguel representando uno de los barrios más castizos de la ciudad, el cual, porta el escudo de la ciudad, que a su vez coge las riendas de un caballo tordo jerezano o cartujano que representa al barrio de Santiago por la montura del mismo santo. Los dos barrios más importantes de Jerez bajo su pendón. Cuyo Arcángel en la moharra del asta se divisa una corbata con los colores de la bandera gitana, símbolo de las raíces flamencas de Jerez. Justo abajo se representa el vino de Jerez, con un jarrillo de muestras y la venencia. Instrumentos que utilizan los arrumbadores de bodega para controlar los conjuntos de muestras en los controles analíticos u organolépticos correspondientes. Una de las diversas faenas de bodega que existen en las bodegas jerezanas representadas por la pintora jerezana y al lado de la bandera actual de Jerez.

Detalle del jarrillo y la venencia jerezana
Detalle del jarrillo y la venencia jerezana

Sin duda alguna un cartel, que no solo representa nuestra cultura vitivinícola y flamenca, sino nuestro patrimonio monumental unido a nuestro dos grandes barrios y, sobre todo, a nuestra imaginería barroca. Representados como jerezanos orgullosos por nuestro Pendón. Una obra de arte que si ya gana al admirarlo por su ejecución y sus detalles, ganará más con el tiempo cuando otras generaciones futuras lo estudien y analicen.

Para ver el cartel completo pinche en el siguiente enlace: cartel