Esta pintura de Joaquín Sorolla pertenece a los fondos de la Colección de Arte Joaquín y Helena Rivero y se encuentra expuesta en la galería de arte de Bodegas Tradición en Jerez.
Nos encontramos ante un boceto realizado al óleo sobre lienzo, en el que Sorolla es capaz de captar con gran naturalismo la crianza del ganado porcino en la Extremadura de 1917. Tal y como podemos observar, tanto la pincelada con la que construye la composición, muy suelta e imprecisa, así como el encuadre de la escena, son propios de una pintura que capta la imagen directamente del natural.
Como curiosidad, en la siguiente fotografía vemos al propio artista trabajando en este boceto preparatorio.
Joaquín Sorolla Bastida (Valencia, 27 de febrero de 1863-Cercedilla, 10 de agosto de 1923), es sin duda, uno de los artistas más importantes en la pintura española de finales del siglo XIX y principios del XX.
El merecido reconocimiento internacional de su obra hace que en noviembre de 1911, reciba el encargo más ambicioso de su vida de manos del acaudalado hispanista Mr. Archer Milton Huntington. Hablamos de la famosa serie ‘Regiones de España’ destinada a decorar la biblioteca de la Hispanic Society of America de Nueva York. Un total de catorce paneles murales, de tres metros y medio de alto por setenta metros de largo, sobre las fiestas y costumbres de la comarca española.
Sorolla emplearía un total de 6 años, comprendidos entre 1913 y 1919, para realizar el encargo, recorriendo toda la geografía española para realizar apuntes y bocetos de las diferentes escenas costumbristas de sus provincias y paisajes, en busca de los temas más representativos.
Durante ese periodo de tiempo, fue en enero de 1917 cuando Sorolla se centra en retratar las escenas de la región extremeña, para configurar la pintura final. La visita del artista es organizada por su amigo, el historiador y académico José Ramón Mélida. En ella realiza el estudio ‘Mercado de cerdos’ que hoy comentamos.
Imagino que cuando estaba trabajando en este boceto, nunca pensó que, este tipo de pintura pudiera ser expuesta en una galería, al tratarse más de un medio para ejecutar su encargo, que de una pintura acabada. Y mucho menos, que se pudiera disfrutar de ella con una copa de magnífico Jerez de soleras viejas en la mano.
En muchas ocasiones, los bocetos de grandes artistas son capaces de impactar tanto como la obra final, la frescura que desprende esta escena nos traslada al campo, casi se percibe el olor de los animales y la brisa bajo la sombra.
